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viernes, 25 de mayo de 2012

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  • an sólo el 18% de la población española colabora con una o varias ONG, cifra alrededor de tres veces inferior a los niveles alcanzados en Reino Unido y Francia. De éstos, sólo un 8% lo hace regularmente.
  • Ana Duato, Ana Pastor, Antonio Carmona y Jon Sistiaga invitan a toda la sociedad a celebrar el Día SOMOS. Numerosas empresas, medios y personajes públicos apoyan la Campaña.
La Campaña SOMOS nace en 2012 como una iniciativa de 25 ONG españolas, pequeñas y grandes, englobadas en la Asociación Española de Fundraising (AEFr) con el apoyo de Bain & Company. El objetivo fundamental es promover la cultura de la solidaridad y agradecer a los 3 millones de socios regulares que hay en España su colaboración económica con las entidades no lucrativas. Pretende, a través del testimonio de los socios actuales, incrementar la base social de las ONG.

viernes, 18 de mayo de 2012

Los medios de comunicación.

Con el término medio de comunicación (del latín medĭus), se hace referencia al instrumento o forma de contenido por el cual se realiza el proceso comunicacional o comunicación. Usualmente se utiliza el término para hacer referencia a los medios de comunicación masivos (MCM, medios de comunicación de masas o mass media); sin embargo, otros medios de comunicación, como el teléfono, no son masivos sino interpersonales. Los medios de comunicación son instrumentos en constante evolución. Muy probablemente la primera forma de comunicarse entre humanos fue la de los signos y señales empleados en la prehistoria,[1] cuyo reflejo en la cultura material son las distintas manifestaciones del arte prehistórico. La aparición de la escritura se toma como hito de inicio de la historia. A partir de ese momento, los cambios económicos y sociales fueron impulsando el nacimiento y desarrollo de distintos medios de comunicación, desde los vinculados a la escritura y su mecanización (imprenta -siglo XV-) hasta los medios audiovisuales ligados a la era de la electricidad (primera mitad del siglo XX) y a la revolución de la informática y las telecomunicaciones (revolución científico-técnica o tercera revolución industrial -desde la segunda mitad del siglo XX-), cada uno de ellos esenciales para las distintas fases del denominado proceso de globalización.

martes, 8 de mayo de 2012

los 7 sacramentos.


El Bautismo
Nuestros padres nos dieron la vida natural del cuerpo, pero Dios nos da el alma y nos destina, además, a una vida sobrenatural; nacemos privados de ella por el pecado original, heredado de Adán.
El bautismo borra el pecado original, nos da la fe y la vida divina, y nos hace hijos de Dios. La Santísima Trinidad toma posesión del alma y comienza a santificarnos.
Según el plan de amor del Señor, el bautismo es necesario para la salvación.
¿Qué es el bautismo?
Es el sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios.
¿Por qué el bautismo es el primero de los sacramentos?
Es el primero de los sacramentos porque es la puerta que abre el acceso a los demás sacramentos, y sin el no se puede recibir ningún otro.
¿Qué efectos produce el bautismo?
Los efectos que produce el bautismo son: perdona el pecado original, y cualquier otro pecado, con las penas debidas por ellas. Se nos dan las tres divinas personas junto con la gracia santificante. Infunde la gracia santificante, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo. Imprime en el alma el carácter sacramental que nos hace cristianos para siempre. Nos incorpora a la Iglesia.
¿El bautismo es necesario para la salvación?
Según el plan del Señor, el bautismo es necesario para la salvación, como lo es la Iglesia misma, a la que introduce el bautismo.
¿Quién puede bautizar?
Ordinariamente puede bautizar el obispo, el sacerdote y el Diácono, pero en caso de necesidad puede hacerlo cualquier persona que tenga intención de hacer lo que hace la Iglesia.
¿Cómo se bautiza?
Se bautiza derramando agua sobre la cabeza y diciendo: "Yo te Bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".
¿Qué es el Catecumenado?
Es la preparación que deben recibir aquellos que van a bautizarse habiendo alcanzado el uso de la razón.
El Matrimonio
El Matrimonio fue instituido por Dios cuando creó al hombre y a la mujer. Para los cristianos, Jesucristo lo elevó a la dignidad de sacramento; un sacramento que da a los esposos una gracia especial para ser fieles una al otro y santificarse en la vida matrimonial y familiar, ya que el matrimonio cristiano es una auténtica vocación sobrenatural.
El matrimonio religioso se establece con el consentimiento libre de cada uno de los dos contrayentes manifestado ante el representante de la Iglesia.
El Matrimonio por su naturaleza está ordenado a la generación y la educación de los hijos, al amor y ayuda entre los esposos y a su santificación personal.
¿Qué es el Matrimonio?
El Matrimonio es el sacramento que santifica la unión indisoluble entre un hombre y una mujer cristianos, y les concede la gracia para cumplir fielmente sus deberes de esposos y de padres.
¿Cuáles son las propiedades esenciales del Matrimonio?
Las propiedades esenciales del Matrimonio son: unidad, indisolubilidad y apertura a la fecundidad.
¿Qué pecado comete el cristiano que, viviendo su consorte, se une con otra persona?
Comete grave pecado de adulterio.
¿Cometen pecado los convivientes y los unidos solo en matrimonio civil?
Los convivientes y los unidos sólo en matrimonio civil se hallan en permanente estado de pecado y no pueden recibir los sacramentos.
¿Cuál es la edad mínima para casarse?
En la mayoría de naciones, la edad mínima para casarse es de 18 años. En cualquier caso, se requiere de un permiso de la autoridad eclesiástica para hacerlo antes de la edad mínima establecida.
¿Cómo debe recibirse el sacramento del matrimonio?
El sacramento del matrimonio debe recibirse en estado de gracia y con la debida preparación; por ello se le recomienda a los contrayentes confesarles antes.
¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidente—forma, color, sabor, etc.— permanecen iguales.
La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, la celebración de la Eucaristía ( Fracción del Pan ) comenzó en la Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.
Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre...”
Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman. Es por tanto imposible generalizar acerca de ellos. Porque sólo Dios conoce los corazones de los hombres. Sin embargo sí debemos traslucir en nuestra vida, la trascendencia del encuentro íntimo con el Amor. Resulta lógico pensar que quien recibe esta Gracia, está en mayor capacidad de amar y de servir al hermano y que además alimentado con el Pan de Vida debe estar más fortalecido para enfrentar las pruebas, para encarar el sufrimiento, para contagiar su fe y su esperanza. En fin para llevar a feliz término la misión, la vocación, que el Señor le otorgue.
Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida, el Señor hoy nos dice a todos y a cada uno, lo mismo que les dijo a los Apóstoles "Con ansias he deseado comer esta Pascua con vosotros " Lc.22,15. El Señor nos espera con ansias para dársenos como alimento; ¿somos conscientes de ello, de que el Señor nos espera el Sagrario, con la mesa celestial servida.? Y nosotros ¿ por qué lo dejamos esperando.? O es que acaso, ¿ cuando viene alguien de visita a nuestra casa, lo dejamos sólo en la sala y nos vamos a ocupar de nuestras cosas.?
Eso exactamente es lo que hacemos en nuestro apostolado, cuando nos llenamos de actividades y nos descuidamos en la oración delante del Señor, que nos espera en el Sagrario, preso porque nos "amó hasta el extremo" y resulta que, por quien se hizo el mundo y todo lo que contiene (nosotros incluidos) se encuentra allí, oculto a los ojos, pero increíblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades.
La Confirmación
El sacramento de la Confirmación perfecciona la gracia bautismal, y nos da la fortaleza de Dios para ser firmes en la fe y en el amor a Dios y al prójimo.
Nos da también audacia para cumplir el derecho y el deber, que tenemos por el bautismo, de ser apóstoles de Jesús, para difundir la fe y el Evangelio, personalmente o asociados, mediante la palabra y el buen ejemplo.
¿Qué es la confirmación?
Es el sacramento que perfecciona la gracia bautismal fortaleciéndonos en la fe y haciéndonos soldados y apóstoles de Cristo.
¿Cuándo se debe recibir la confirmación?
Se debe recibir la confirmación cuando se ha llegado al uso de razón, o antes, si hay peligro de muerte.
¿Cómo se debe recibir la confirmación?
Se debe recibir la confirmación en estado de gracia y con la preparación conveniente.
¿Quién puede confirmar?
Puede confirmar el obispo, y en algunos casos especiales los sacerdotes delegados por el obispo.
La Unción de los Enfermos
El Sacramento de la Unicón de Enfermos confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. Se le conoce también como el "sagra viático", porque es el recurso, el "refrigerio" que lleva el cristiano para poder sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia un momento de tránsito, especialmente el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte.
Lo escencial del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo acompañada de una oración litúrgica realizada por el sacerdote o el obispos, únicos ministros que pueden administrar este sacramento.
La Unción de enfermos se conocía antes como "Extrema Unción", pues sólo se administraba "in articulo mortis" (a punto de morir). Actualmente el sacramento se puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave.
¿Qué es la Unción de Enfermos?
Es el sacramento que da la Iglesia para atraer la salud de alma, espíritu y cuerpo al cristiano en estado de enfermedad grave o vejez.
¿Cuántas veces puede recibir el sacramento un cristiano?
Las veces que sea necesaria, siempre que sea en estado grave. Puede recibirlo incluso cuando el estado grave se produce como recaída de un estado anterior por el que ya había recibido el sacramento.
¿Qué efectos tiene la Unción de enfermos?
La unción une al enfermo a la Pasión de Cristo para su bien y el de toda la Iglesia; obtiene consuelo, paz y ánimo; obtiene el perdón de los pecados (si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la reconciliación), restablece la salud corporal (si conviene a la salud espiritual) y prepara para el paso a la vida eterna.
Orden Sacerdotal
El Orden Sacerdotal es un sacramento que, por la imposición de las manos del Obispo, y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres bautizados, y les da poder para perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
El sacramento del orden lo reciben aquellos que se sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos los hombres. Esta ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus trabajos no acaban en este mundo, sino que son eternos.
La vocación al sacerdocio lleva consigo el celibato, recomendado por el Señor. La obligación del celibato no es por exigencia de la naturaleza del sacerdocio, sino por ley eclesiástica .
La Iglesia quiere que los candidatos al sacerdocio abracen libremente el celibato por amor de Dios y servicio de los hombres .
La Iglesia quiere a sus sacerdotes célibes para que puedan dedicarse completamente al bien de las almas, sin las limitaciones, en tiempo y preocupaciones, que supone sacar adelante una familia.
El sacerdote debe estar libre para dedicarse, cien por cien, al cuidado de las almas.
Aunque es verdad que en algún caso una esposa podría ayudarle, también es verdad que en otros muchos, una esposa podría absorberle su tiempo por estar enferma física o psíquicamente, o por exigir de él mayor atención, etc.
Y por supuesto, los hijos exigirían de él, no sólo tiempo, sino destinos en los que la educación de ellos fuera más fácil, o evitar atender a enfermos contagiosos, etc.
Es decir, el sacerdote sin familia está más libre para el apostolado; y la Iglesia, en dos mil años de experiencia, así lo ha advertido, y por eso exige el celibato a sus sacerdotes.
Pero, sobre todo, el celibato sacerdotal tiene un fundamento teológico: Cristo fue célibe, y el sacerdote es "alter Christus", es decir, otro Cristo .
El amor de Jesucristo es universal, igual para todos; sin los exclusivismos propios del amor matrimonial. Así debe ser el amor del sacerdote.
La vocación no consiste en recibir una llamada telefónica de Dios. Si un muchacho tiene buena salud (no es necesario ser un superman ), es capaz de hacer estudios (no es necesario ser un genio), puede vivir habitualmente en gracia, con la ayuda de Dios (no hace falta ser ya un santo), tiene buena intención (no se trata de buscar el modo de ganarse la vida ) es decir, busca su propia perfección y la salvación de las almas, debe preguntarse si Dios le llama al sacerdocio.
No se trata de preguntar me gustaría ser sacerdote? sino, me querrá Dios sacerdote? . En caso de duda preguntar a persona imparcial y formada.
Hay que pedirle a Dios que haya muchas vocaciones sacerdotales y religiosas, pues hacen falta muchos párrocos, muchos misioneros, predicadores, confesores, maestros, etc., y también muchas Hermanitas de los Pobres, de la Caridad, en los hospitales, en los asilos, religiosas en las escuelas, colegios etc.; y otras en los conventos de clausura que alaben a Dios y pidan por los pecadores.
Por eso es un gran apostolado ayudar económicamente a la formación de futuros apóstoles, y a los conventos de clausura.
Todos debemos pedir a Dios que sean muchos los jóvenes que sigan la voz de Dios, pues hacen falta muchos y buenos sacerdotes y religiosos.
Los padres tienen obligación grave de dejar en libertad a sus hijos que quieran consagrarse a Dios . Pero también sería pecado -y gravísimo- el inducir a sus hijos, por motivos humanos, a abrazar, sin vocación, el estado eclesiástico.
Los padres deben cuidar de no presionar a sus hijos en la elección de una profesión y estado de vida .
Penitencia
El sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado.
¿Es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la confesión?
Después del Bautismo no es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la Confesión, aunque es posible anticipar el perdón con la contrición perfecta acompañada del propósito de confesarse.
¿Y si después uno de hecho no se confiesa?
Quien se comporta de esta manera comete una falta grave. Pues todos los pecados mortales cometidos después del bautismo deben ser acusados en la Confesión.
¿Qué se requiere para hacer una buena confesión?
Para hacer una buena confesión se necesita: hacer un cuidadoso examen de conciencia, tener dolos de los pecados cometidos y e3l firme propósito de no cometerlos más (contrición o atrición), decir los otros pecados al sacerdote (confesión), y cumplir la penitencia ( satisfacción).
¿Qué es el examen de conciencia?
El examen de conciencia es la diligente búsqueda de los pecados cometidos después de la última Confesión bien hecha.
¿En el examen de conciencia es necesario buscar también el número de los pecados?
De los pecados graves o mortales se necesita buscar también el número, porque cada pecado mortal debe ser acusado en la confesión.
¿Qué es el dolor de los pecados?
El dolor de los pecados es el sincero pesar y la repulsa de los pecados cometidos.
¿De cuántos tipos es el dolor?
El dolor es de dos tipos: dolor perfecto (o contrición) y dolor imperfecto (o atrición).
¿Cuándo se tiene dolor perfecto o contrición?
Se tiene el dolor perfecto o contrición cuando se arrepiente de los propios pecados porque se ha ofendido ha Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado: cuando el dolor nace del amor desinteresado a Dios, es decir, de la caridad.
¿Cuándo se tiene el dolor imperfecto o atrición?
Se tiene el dolor imperfecto o atrición cuando el arrepentimiento, en cuanto inspirado por la fe, tiene motivaciones menos nobles: por ejemplo, cuando nace de la consideración del desorden causado por el pecado, o por el temor de la condenación eterna (Infierno) y de las tras penas que el pecador puede recibir.
¿El dolor de los pecados obtiene de inmediato el perdón?
El dolor perfecto unido al propósito de confesarse obtiene inmediatamente el perdón; el dolor imperfecto lo obtiene, por el contrario, sólo en la confesión sacramental.
¿Es necesario arrepentirse de todos los pecados cometidos?
Para la validez de la confesión es suficiente arrepentirse de todos los pecados mortales, mas para el progreso espiritual es necesario arrepentirse también de los pecados veniales.
¿Un verdadero arrepentimiento requiere también el propósito de abandonar el pecado?
El arrepentimiento ciertamente mira hacia el pasado, pero implica necesariamente un empeño hacia el futuro con la firme voluntad de no cometer jamás el pecado.
¿Se puede tener un verdadero arrepentimiento si uno prevé que antes o después recaerá en el pecado?
La previsión del pecado futuro no impiden que se tenga el propósito sincero de no cometerlo más, porque el propósito depende sólo del conocimiento que nosotros tenemos de nuestra debilidad.
¿Qué es la confesión?
La confesión es la manifestación humilde y sincera de los propios pecados sal sacerdote confesor.
¿Qué pecados es obligatorio confesar?
Estamos obligados a confesar todos y cada uno de los pecados graves, o mortales, cometidos después de la última confesión bien hecha.
¿Cuáles son los pecados mortales más frecuentes?
Las faltas objetivamente mortales más frecuentes son (siguiendo el orden de los mandamientos): practicar de cualquier modo la magia; blasfemar; perder la Misa los domingos o en las fiestas de preceptos sin un grave motivo; tratar mal de manera grave a los propios padres o superiores; matar o herir gravemente a una persona inocente; procurar directamente el aborto; buscar el placer sexual es solitario o con otras personas que no sean el propio cónyuge; para los cónyuges, impedir la concepción en el acto conyugal; robar una suma revelante, incluso sustrayéndose en el trabajo; murmurar gravemente del prójimo o calumniarlo; cultivar voluntariamente pensamientos o deseos impuros; faltar gravemente el propio deber; no acercarse a la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal; callar voluntariamente un pecado grave en la confesión.
¿Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón en la confesión?
Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón, pero en la confesión siguiente debe confesar el pecado olvidado.
¿Si uno calla voluntariamente un pecado mortal obtiene el perdón de los otros pecados?
Si uno, por vergüenza o por otros motivos, calla un pecado mortal, no sólo no obtiene ningún perdón, sino que comete un nuevo pecado de sacrilegio, el de profanación de una cosa sagrada.
¿Hay obligación de confesar los pecados veniales?

La confesión de los pecados veniales no es necesaria, pero es muy útil para el progreso de la vida cristiana.
¿El confesor debe dar siempre la absolución?
El confesor debe dar siempre la absolución si el penitente está bien dispuesto, es decir, si está sinceramente arrepentido de todos sus pecados mortales. Si por el contrario, el penitente no está bien dispuesto, no teniendo el dolor o el propósito de enmienda, entonces el confesor no puede y no debe dar la absolución.
¿Qué debe hacer el penitente después de la absolución?
El penitente después de la absolución debe cumplir la penitencia que le ha sido impuesta y reparar los daños que sus pecados hubiesen eventualmente causado al prójimo /por ejemplo, debe restituir lo robado).
¿Cuáles son los efectos del sacramento de la Penitencia?
Son la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la recuperación de la gracia santificante, el aumento de las fuerzas espirituales para caminar hacia la perfección, la paz y la serenidad de la conciencia con una vivísima consolación del espíritu.
¿Cómo se puede superar la dificultad que se siente para confesarse?
El que tiene dificultades para confesarse debe considerar que el sacramento de la Penitencia es un don maravillosos que el Señor nos ha dado. En el "tribunal" de la Penitencia el culpable jamás es condenado, sino sólo absuelto. Pues quien se confiesa no se encuentra con un simple hombre, sino con Jesús, el cual, presente en su ministro, como hizo un tiempo con el leproso del Evangelio (Mc 1, 40ss.) también hoy nos toca u nos cura; y, como hizo con la niña que yacía muerta nos toma de la mano repitiendo aquellas palabras: "¡Talita kumi, niña, a ti te digo, levántate!" (Mc 5, 41).
¿La confesión nos ayuda también en el camino de la virtud?
La confesión es un medio extraordinariamente eficaz para progresar en el camino de la perfección. En efecto, además de darnos la gracia "medicinal" propia del sacramento, nos hace ejercitar las virtudes fundamentales de nuestra vida cristiana. La humildad ante todo, que es la base de todo el edificio espiritual, después la fe en Jesús Salvador y en sus méritos infinitos, la esperanza del perdón y de la vida eterna, el amor hacia Dios y hacia el prójimo, la apertura de nuestro corazón a la reconciliación con quien nos ha ofendido. En fin, la sinceridad, la separación del pecado y el deseo sincero de progresar espiritualmente.